Hablamos sobre los recursos naturales como si todo tuviera una etiqueta con el precio. Pero no podemos comprar los valores espirituales en una tienda.
Las cosas que estimulan nuestro espíritu son intangibles: los viejos bosques, un río claro, el vuelo de un águila, el aullido de un lobo, el espacio y el silencio sin ruido de motores. Esos son los valores que las personas buscan y que todos necesitan.

George B. Schaller

Publicado por: VIVIANA MORENO

domingo, 24 de abril de 2011

AGRICULTURA SUSTENTABLE Y LAS TECNICAS DEL MANEJO DEL RECURSO SUELO



La sustentabilidad, en el contexto de la producción agrícola-ganadera, implica preservar y mejorar la capacidad productiva del sistema desde el punto de vista agronómico, económico y ambiental así como la calidad y la cantidad de los recursos renovables y no renovables, incluidos en el sistema productivo (suelo, agua, aire, biodiversidad y otros). Entre estos se destaca el suelo, como un recursofinito no renovable. El suelo debe proveer un mediopara el crecimiento de las plantas, regular y distribuir el flujo de agua en el ambiente y servir como un
buffer ambiental en la formación, atenuación y degradación de compuestos ambientales peligrosos. La calidad del suelo se ha definido en términos desus propiedades químicas, físicas y biológicas.
• PROPIEDADES FÍSICAS:
Densidad, capacidad de retención de agua, agregación y estabilidad de agregados , color y temperatura.
• PROPIEDADES QUÍMICAS:
Reserva de nutrientes como nitrógeno (N), fósforo (P), azufre (S) y otros, pH, capacidad de intercambio catiónico, capacidad tampón, formación de quelatos.
PROPIEDADES BIOLÓGICAS:
Biomasa microbiana, actividad microbiana (respiración), fracciones lábiles (materia
orgánica particulada) de nutrientes.
La materia orgánica (MO) está reconocida como la más importante por ser un indicador de la calidad de suelo. La materia orgánica es considerada la fracción viva integrada por compuestos que conforman la vida orgánica del suelo, excluyendoresiduos vegetales y animales sin descomponer, y entre sus elementos constituidos se hallan los residuos vegetales y animales en descomposición (10-20%), la biomasa microbiana (1-5%) y el humus (50-85%). La importancia de la materia orgánica radica en su relación con numerosas propiedades del suelo.
El contenido de materia orgánica de los suelos está determinado por los factores formadores del mismo (tiempo, clima, vegetación, material madre, topografía, manejo). El manejo del suelo, afecta el contenido de materia orgánica según: el número de años de agricultura, los cultivos, las labranzas, las rotaciones, el manejo del cultivo, la fertilización, y los períodos de barbecho.
El uso de sistemas de siembra directa (SD), la rotación de cultivos, el mantenimiento y la generación de adecuados niveles de fertilidad de los suelos permite estabilizar los contenidos de materia orgánica ajustados a las condiciones edafoclimáticas del sitio, a través de la incorporación de residuosen cantidad y calidad.
El carbono orgánico es el atributo más analizado en estudios de larga duración y es escogido como el indicador más importante de calidad de suelo y de sustentabilidad agronómica, debido a su efecto sobre otras propiedades físicas, químicas y biológicas de suelo. La no remoción del suelo y el mantenimiento de los residuos de cosecha en superficie bajo siembra directa (SD) resultan en un mayor contenido de materia orgánica en las capas superficiales del suelo, respecto a situaciones similares bajo labranza convencional (LC) con remoción. Este efecto se explica por la menor oxidación de los residuos aportados, la menor erosión y, eventualmente, por una mayor producción de residuos, bajo siembra directa, debida a la mayor producción de materia seca que bajo labranza convencional.

LAS ROTACIONES Y LA MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO

Las rotaciones de cultivos presentan numerosas ventajas comparadas con los sistemas de monocultivo. Algunas de estas ventajas se relacionan con:
a) La posibilidad de acumular mayores cantidades de residuos de distinta calidad que representan significativos aportes de carbono para el suelo.
b) La mayor intensidad de uso del suelo.
c) La mayor eficiencia de uso del agua.

viernes, 22 de abril de 2011





COMPONENTES DE LA AGRICULTURA SUSTENTABLE


Los componentes de una agricultura no son solo económicos, sino ecológicos y sociales, los elementos que presentan son:
-El mejoramiento y la conservación de lafertilidaddel suelo con estrategias de manejo.
-La satisfacción de necesidades humanas.
-Mejora de la calidad de vida de la sociedad.
-Minimización de impactos, protección y mejora del ambiente.

LA AGRICULTURA SUSTENTABLE

Es la actividad agropecuaria que se apoya en un sistema de producción que tenga la aptitud de mantener su productividad y ser útil a la sociedad a largo plazo, cumpliendo los requisitos de abastecer adecuadamente de alimentos a precios razonables y de ser suficientemente rentable como para competir con la agricultura convencional; y además el ecológico de preservar el potencial de los recursos naturales productivos.

miércoles, 20 de abril de 2011

LA AGRICULTURA SOSTENIBLE, NUESTRA SALVACION

La agricultira sostenible es nuestra salvacion......
Empiezo con este anuncio debido a que si no tenemos agricultura sostenible,
NO habra futuro para las especies de la tierra
si no empezamos desde ya a generar formas de agricultura sostenible, y a
tenerlas en cuenta para futuros cercanos, debido a los cambios de clima, y al
calentamiento global, vamos a lamentarlo.
No se si siempre, pero si a lo largo de nuestras vidas.....
Los alimentos transgenicos, son organismos geneticamente modificados, son perjudiciales para
la salud, pueden afectar, irreparablemente el organismo humano.....
La conclusion se las dejoa ustedes......

UN MENSAJE PARA TODOS

VIDEO AGRICULTURA SUSTENTABLE 2

http://www.youtube.com/watch?v=NvwmTfXD8lA&feature=related

VIDEO AGRICULTURA SUSTENTABLE

http://www.youtube.com/watch?v=sSHH0a3fvJ8

martes, 19 de abril de 2011

AGRICULTURA SUSTENTABLE


















Introducción

La agricultura hace uso de recursos naturales, como el agua y el suelo, para proveer al ser humano de servicios, tales como alimento y ropa. Es una de las actividades antropogénicas más importantes, y su correcta y eficiente realización es crítica para el desarrollo socioeconómico de un país, por lo que constituye un aspecto clave en el proceso del desarrollo sustentable.
Actualmente, los países están consientes de que es necesario convertir a sus sectores agrícolas en sustentables. La demanda de bienes agrícolas, sobre todo alimentos y fibras, seguramente aumentará; de hecho, las proyecciones actuales sugieren que para el año 2025 habrá tres mil millones más de personas que alimentar y vestir. Sin embargo, las posibilidades de un desarrollo sustentable estará cada vez más lejos si no se logran contener y revertir los procesos de deterioro ambiental; principalmente, la deforestación, los incendios forestales, la degradación de los suelos, la sobreexplotación, la contaminación del agua y la pérdida de biodiversidad.

Definición de la agricultura sustentable
Teniendo en cuenta lo anterior, se crea el concepto de agricultura sustentable, que es aquella en la que el sistema mismo genera los recursos necesarios para mantenerse a largo plazo. En otras palabras, es la actividad que permite tener una producción de alimentos y de fibras vegetales, sin poner en riesgo la conservación de recursos naturales ni la diversidad biológica y cultural para las futuras generaciones.
Hoy en día no existe una definición consensada del término agricultura sustentable, ya que el concepto varía con la disciplina del pensador y con la escala del sistema de estudio. Dentro de las muchas definiciones, la propuesta por la Sociedad Americana de Agricultura (American Society of Agronomy en inglés) en 1989 cita lo siguiente: “una agricultura sustentable es aquélla que, en el largo plazo, promueve la calidad del medio ambiente y los recursos base de los cuales depende la agricultura; provee las fibras y alimentos necesarios para el ser humano; es económicamente viable y mejora la calidad de vida de los agricultores y la sociedad en su conjunto”.

Características de la agricultura sostenible
Los componentes de una agricultura sustentable no son sólo económicos, sino también ecológicos y sociales. Por eso, en casi todas las definiciones se presentan los siguientes elementos:

• El mejoramiento y la conservación de la fertilidad y de la productividad del suelo con estrategias de manejo (insumos de bajo costo).
• La satisfacción de las necesidades humanas.
• La viabilidad económica.
• La equidad y mejora de la calidad de vida de los agricultores y de la sociedad.
• La minimización de los impactos, protección y mejoramiento del ambiente.
• La durabilidad del sistema en el largo plazo en lugar de la rentabilidad de corto plazo.

Es decir, la agricultura sustentable debe abarcar las dimensiones económicas, sociales y ambientales.

Métodos para lograr una agricultura sustentable
Las prácticas promovidas para el desarrollo de la agricultura sustentable son: cultivos tradicionales, abonos verdes, rotación de cultivos, integración de sistemas agrícola-pecuarios y sistemas agro-forestales. Estos últimos, se convierten en agroecosistemas que permiten crear sistemas para la obtención de plantas o animales de consumo inmediato o transformable, sobre los ecosistemas naturales. Estas técnicas agroecológicas tienen como objetivo mejorar el equilibrio del flujo de nutrientes y conservar la calidad de los suelos, fomentar la agrobiodiversidad, minimizar el uso de insumos externos y conservar y rescatar los recursos naturales.
La sustentabilidad en la agricultura con frecuencia se puede mejorar al combinar prácticas tradicionales con tecnologías modernas, como la siembra simultánea, agro silvicultura, silvipastura; así como la rotación y la labranza de conservación. El beneficio de estas prácticas consiste en que los cultivos explotan diferentes recursos ó interactúan entre sí, evitando la erosión y pérdida de nutrientes.

La ciencia en el campo
Las prácticas de manejo científico, que se basan en una inspección frecuente y detallada de las condiciones de la parcela, fomentan también la sustentabilidad agrícola. Mediante el uso de computadoras se hace el seguimiento de los niveles de nutrientes del suelo y su captación por las plantas cultivadas. Así, los agricultores pueden administrar dosis precisas de fertilizantes y pesticidas que no sean ambientalmente dañinos y, de esta manera, reducir la cantidad e nutrientes excedentes que se liberan al medio. Si se utilizan controles biológicos, como son los parásitos y predadores, el agricultor puede prescindir de pesticidas químicos.

Alimentos transgénicos


Ingeniería genética
Las técnicas actuales de la llamada ingeniería genética permiten tomar genes de una célula y colocarlos en otra. Este avance científico tiene una capacidad enorme para cambiar de forma revolucionaria la agricultura y, no solo la agricultura, sino muchos otros campos como la medicina. Los conocimientos genéticos se han utilizado desde hace muchos años para obtener variedades más útiles de plantas y animales. Pero con los procedimientos modernos esto se puede hacer con mayor rapidez y además se pueden introducir genes que son de otras plantas o de otros seres vivos en cualquier especie de vegetal o de animal, sin tener que depender de cruces entre variedades de la misma especie, como sucedía en la genética tradicional. Así, por ejemplo, si un gen que da resistencia a una enfermedad lo tenemos en las petunias, podemos trasladarlo a los tomates para que estos adquieran también resistencia a esa enfermedad. Esto no se podía hacer anteriormente porque al ser las petunias y los tomates diferentes especies, no se podían cruzar entre sí.
Con la ingeniería genética se podrán preparar plantas que produzcan alimentos más nutritivos porque contengan todos los aminoácidos. También se podrán desarrollar cultivos resistentes a los insectos o a diversas enfermedades, o que puedan tolerar mejor la sequía, el calor, el frío, la salinidad del suelo o la acción de algunos herbicidas.
De forma similar se conseguirá modificar al ganado para que aumente su producción de leche o resista mejor determinadas enfermedades.
No todos acogen las posibilidades de la ingeniería genética con entusiasmo. Sus oponentes insisten en que estas técnicas son peligrosas porque alteran los organismos, sin que sepamos muy bien las consecuencias que esto puede traer. 
Aunque las posibilidades de la ingeniería genética son enormes, tardará un tiempo hasta que esta revolución se pueda apreciar. Cientos de laboratorios y de investigadores están dedicándose a estos trabajos, pero hacen falta años hasta que se produzcan resultados tangibles.

Alimentos transgénicos.
Los agricultores han estado mejorando sus plantas a través de cruces y selección desde hace siglos. También se han usado microorganismos como las levaduras y bacterias para hacer el pan, yoghurt, queso, cerveza, etc. desde hace milenios. Todas estas técnicas son formas antiguas de lo que hoy llamamos biotecnología, pero con la diferencia de que en la actualidad los grandes avances de la ingeniería genética permiten manipulaciones de los genes inimaginables hace unos pocos años. 
La ingeniería genética ha permitido avances como los siguientes: 
·         Protección contra los insectos.- Se sabía que una bacteria del suelo, Bacillus thuringiensis, produce una proteína que mata a los insectos, mientras no daña a otros organismos. Por estas buenas cualidades se estaba usando como insecticida desde principios de siglo. Ahora, gracias a la biotecnología, el gen que sintetiza esa proteína se ha introducido en diferentes plantas, por ejemplo, de patata, algodón, maíz que así quedan defendidos contra diversos insectos.
·         Protección contra hongos, virus, etc.- Introduciendo pequeños fragmentos de AND del virus que hace enfermar al boniato se ha conseguido que la misma planta desarrolle un sistema de defensa contra esa enfermedad.
·         Control de malas hierbas.- Entre los casos más conocidos de plantas manipuladas por ingeniería genética están los de la soja y otras como el maíz, algodón, etc. en los que una compañía -Monsanto- ha conseguido introducir un gen que les hace resistentes a un herbicida (Roundup) que fabrica la misma compañía. El agricultor que planta la semilla de soja con el gen introducido por Monsanto puede usar tranquilamente el herbicida Roundup en ese campo, sabiendo que morirán todas las malas hierbas, pero que su soja no sufrirá ningún daño.
·         Otros avances.- Por técnicas de ingeniería genética se están consiguiendo tomates o frutas u otras plantas muy resistentes a la putrefacción, lo que facilita su transporte. También patatas y tomates con menos proporción de agua por fruto lo que multiplica las calorías que se pueden obtener por el mismo trabajo de recogida. Maíz y soja con más aminoácidos esenciales. Café natural descafeinado. Y muchos otros productos.
Riesgo de estos alimentos.- Según algunas asociaciones ecologistas estos alimentos no deben ser usados porque presentan riesgos muy importantes. Así, dicen que: 
·         No se conoce su efecto a medio o largo plazo porque se están empezando a usar desde hace poco tiempo. 
·         Podrían causar alteraciones genéticas o reacciones alérgicas en los que los consumen. 
·         Las plantas tratadas genéticamente podrían alterar el equilibrio natural. 
·         Las que desarrollan estas plantas son grandes compañías que de esta forman aumentan su control del mercado de los alimentos y hacen cada vez más dependientes a los agricultores de ellas. 
En la actualidad cualquier producto nuevo de este tipo pasa por estrictos controles de las agencias correspondientes, pero es muy cierto que su uso se ha comenzado hace muy pocos años y nuestra experiencia es todavía muy pequeña. 

IMPACTOS AMBIENTALES DE LA AGRICULTURA


 
La agricultura siempre ha supuesto un impacto ambiental fuerte. Hay que talar bosques para tener suelo apto para el cultivo, hacer embalses de agua para regar, canalizar ríos, etc. La agricultura moderna ha multiplicado los impactos negativos sobre el ambiente. La destrucción y salinización del suelo, la contaminación por plaguicidas y fertilizantes, la deforestación o la pérdida de biodiversidad genética, son problemas muy importantes a los que hay que hacer frente para poder seguir disfrutando de las ventajas que la revolución verde nos ha traído.
Los principales impactos negativos son:

a) Erosión del suelo
La destrucción del suelo y su pérdida al ser arrastrado por las aguas o los vientos suponen la pérdida, en todo el mundo, de entre cinco y siete millones de hectáreas de tierra cultivable cada año, según datos de la FAO de 1996. El mal uso de la tierra, la tala de bosques, los cultivos en laderas muy pronunciadas, la escasa utilización de técnicas de conservación del suelo y de fertilizantes orgánicos, facilitan la erosión. En la península Ibérica la degradación de los suelos es un problema de primera importancia.
En los lugares con clima seco el viento levanta de los suelos no cubiertos de vegetación o de los pastizales sobreexplotados, grandes cantidades de polvo que son la principal fuente de contaminación del aire por partículas en estos lugares.
 
b) Salinización y anegamiento de suelos muy irrigados
Cuando los suelos regados no tienen un drenaje suficientemente bueno se encharcan con el agua y cuando el agua se evapora, las sales que contiene el suelo son arrastradas a la superficie. Según datos de la FAO casi la mitad de las tierras de regadío del mundo han bajado su productividad por este motivo y alrededor de 1,5 millones de hectáreas se pierden cada año.

c) Uso excesivo de fertilizantes y plaguicidas
Los fertilizantes y pesticidas deben ser usados en las cantidades adecuadas para que no causen problemas. En muchos lugares del mundo su excesivo uso provoca contaminación de las aguas cuando estos productos son arrastrados por la lluvia. Esta contaminación provoca eutrofización de las aguas, mortandad en los peces y otros seres vivos y daños en la salud humana.
Especialmente difícil de solucionar es la contaminación de las aguas subterráneas con este tipo de productos. Muchos acuíferos de las zonas agrícolas se han contaminado con nitratos hasta un nivel peligroso para la salud humana, especialmente para los niños.
Un ejemplo especialmente dramático ha sido el del mar de Aral.
Al mismo tiempo, en otros países, el uso de cantidades demasiado pequeñas de fertilizantes disminuye los nutrientes del suelo, con lo que contribuye a su degradación.

d) Agotamiento de acuíferos
En las zonas secas y soleadas se obtienen excelentes rendimientos agrícolas con el riego y en muchos lugares, pro ejemplo en los conocidos invernaderos de Almería, se acude a las aguas subterráneas para regar. Pero los acuíferos han tardado en formarse decenas de años y cuando se les quita agua en mayor cantidad que la que les llega se van vaciando. Por este motivo las fuentes que surgían se secan, desaparecen humedales tradicionales en esa zona, y si están cerca del mar el agua salada va penetrando en la bolsa de agua, salinizándola, hasta hacerla inútil para sus usos agrícolas o para el consumo humano.

e) Pérdida de diversidad genética
En la agricultura y ganadería tradicionales había un gran aislamiento geográfico entre los agricultores y ganaderos de unas regiones y otras y por eso, a lo largo de los siglos, fueron surgiendo miles de variedades de cada planta o animal domesticado. 
Esto supone una gran riqueza genética que aprovechaban los que hacían la selección de nuevas variedades. Su trabajo consiste, en gran parte en cruzar unas variedades con otras para obtener combinaciones genéticas que unan ventajas de todas ellas. Si se quiere conseguir una planta de trigo apta para un clima frío, que tenga el tallo corto y sea resistente a unas determinadas enfermedades, los genetistas buscaban las variedades que poseían alguna de esas características y las iban entrecruzando entre sí hasta obtener la que reunía todas.
En la actualidad cuando una variedad es muy ventajosa, la adoptan los grandes cultivadores de todo el mundo, porque así pueden competir económicamente en el mercado mundial. El resultado es que muchas variedades tradicionales dejan de cultivarse y se pierden si no son recogidas en bancos de semillas o instituciones especiales. 
Por otra parte, la destrucción de bosques, pantanos, etc. para dedicar esos terrenos a la agricultura provoca la desaparición de un gran número de ecosistemas. 
También la agricultura moderna ha introducido el monocultivo, práctica en la que enormes extensiones de terreno se cultivan con una sola variedad de planta. Esto supone un empobrecimiento radical del ecosistema, con la consiguiente pérdida de hábitats y de especies.
f) Deforestación
Alrededor de 14 millones de hectáreas de bosques tropicales se pierden cada año. Se calcula que la quema de bosques para dedicarlos a la agricultura es responsable del 80% al 85% de esta destrucción. 
La agricultura moderna no es la principal responsable de esta deforestación, porque sus aumentos de producción se han basado mucho más en obtener mejores rendimientos por hectárea cultivada que en poner nuevas tierras en cultivo. De hecho, en España, por ejemplo, todos los años disminuye la extensión de las tierras cultivadas cuando muchas de ellas son abandonadas por su baja productividad.
La principal causa de destrucción del bosque es la agricultura de subsistencia de muchas poblaciones pobres de los países tropicales. Estos agricultores queman los bosques y la superficie así conseguida, gracias al abono de las cenizas, les permite obtener unas pocas cosechas, hasta que el terreno se empobrece tanto en nutrientes que se hace improductivo y deben acudir a otro lugar para quemar de nuevo otra porción de selva y repetir el proceso.

g) Consumo de combustibles fósiles y liberación de gases invernadero
La agricultura moderna gasta una gran cantidad de energía, como comentamos en las páginas anteriores, para producir los alimentos. Esto significa un elevado consumo de petróleo y otros combustibles y la emisión a la atmósfera de gran cantidad de CO2, con el consiguiente efecto invernadero. A la vez la quema de bosques y de pastizales es responsable muy principal del aumento de CO2 y de óxidos de nitrógeno en la atmósfera. 
Medios de evitar los daños ambientales
La producción de alimentos nos plantea una interesante contradicción. Por un lado es necesario producir alimentos en gran cantidad para nutrir bien a una población creciente, pero si el crecimiento de la producción provoca importantes daños en el ambiente, no sólo estamos destruyendo la biosfera, sino que eso repercutirá en que, en el futuro, disminuirá la capacidad de extraer alimentos de una naturaleza seriamente dañada.
Por fortuna en este momento hay soluciones para enfrentarse a este dilema. El reto es conseguir que se vayan implantando a pesar de las resistencias y dificultades prácticas que todo cambio supone. La llamada agricultura sostenible o alternativa usa procesos biológicos beneficiosos y productos químicos no dañinos para el ambiente, porque se eliminan rápidamente y no dejan residuos tóxicos. En este tipo de práctica agrícola es importante el control integrado de plagas; el uso de microorganismos del suelo para fijar el nitrógeno atmosférico y producir así un abonado natural de los campos; la rotación de cultivos y la pluralidad de cultivos que ayudan a mantener la calidad del suelo y a luchar contra algunas plagas y el mantenimiento de setos y otros tipos de ecosistemas entre los campos cultivados que protegen al suelo de la erosión.
En este tipo de agricultura y ganadería alternativas se pone empeño en lograr variedades de plantas y animales que por sus características genéticas resistan las enfermedades. Más que usar grandes cantidades de pesticidas o muchos antibióticos para curar a las plantas y animales, se persigue el que se mantenga su salud.
La agricultura sostenible no es tanto una forma concreta de trabajar, sino más bien un conjunto de prácticas y actitudes que se pueden combinar de muy diferentes maneras, según las preferencias de cada usuario. Por esto mismo no es fácil que sea adaptada de forma masiva por los agricultores hasta que no se vea su necesidad y se simplifique su uso. 

jueves, 14 de abril de 2011

AGROECOLOGÍA Y AGRICULTURA ECOLÓGICA EN COLOMBIA: UN ANÁLISIS

Las agriculturas alternativas al modelo RV
existen propuestas diferentes para abordar el proceso agronómico que, en su conjunto, se conocen bajo el  nombre de agriculturas alternativas.
Aunque existen muchas denominaciones para referirse a cada una de ellas que tales formas de practicar la agricultura, convergen en la aceptación de varios principios, entre ellos el rechazo al uso de sustancias venenosas de síntesis química y de plantas transgénicas y la adopción de prácticas agrícolas favorables a la conservación de la biodiversidad en todas sus formas. El respeto a la vida es la condición todas estas agriculturas alternativas. Dentro de ellas, aparece en lugar privilegiado la denominada Agricultura Ecológica (AE).
El término “Agricultura Ecológica” señala tanto una manera de enfrentar los procesos de producción agraria, como las posiciones políticas asumidas por los individuos que optan por ella, en relación no solo con las aplicaciones tecnológicas sino con la forma de entender el mundo agrario en sus complejas perspectivas culturales, vale decir, sociales, económicas, políticas, militares y éticas. En él subyacen propuestas para manejar integralmente los campos de cultivo, partiendo del manejo ecológico del suelo y conjugando prácticas agrícolas de labranza mínima, reciclaje, asociación de cultivos, uso eficiente de la biodiversidad en el manejo de enemigos naturales pero también ideas sobre equidad, justicia social, responsabilidad en la producción de alimentos y compromiso con la preservación de los recursos naturales. El concepto hay que separarlo del de “Agroecología”, el cual designa la ciencia que estudia los agroecosistemas. La cercanía de ambos tiende a confundir los planteamientos y los procesos que envuelven, por un lado, el activismo agrario y por el otro, una disciplina científica que desea entender las características y las modificaciones de los agroecosistemas, apelando tanto a los postulados de la ecología como de las ciencias sociales. Este breve artículo se refiere a la práctica de la agricultura ecológica en tanto que ella se opone a los postulados de la Revolución Verde, dejando de lado las consideraciones científicas sobre la agroecología. El debate, planteado de esta manera, es relevante, porque en él subyacen cuestiones de fondo: ¿Cuál será el curso que tomará en los años próximos el comercio mundial de alimentos?¿Qué papel jugará en este contexto el campesinado colombiano? ¿Cómo resistir desde ahora el avance de las transnacionales que acaparan el mercado de semillas, de agroquímicos, de maquinaria agrícola? ¿Cómo preservar y utilizar los conocimientos ancestrales sobre el arte de sembrar plantas en el trópico? ¿A que modelo debe apostarle un país que por varios decenios ha contemplado la guerra en los escenarios rurales, desde la comodidad de las urbes?. Dado que la paz en Colombia tendrá que ver necesariamente con los procesos tecnológicos de producción y/o con los procesos sociales de apropiación de los recursos...¿Cómo entender en ese marco las potencialidades de la agricultura ecológica?. Este es el meollo del asunto. La agricultura ecológica puja en contravía del modelo
dominante que en la actualidad resulta fortalecido por los impresionantes avances de la biotecnología. La eficiencia con la que el traslado de genes de y entre bacterias, virus, hongos, animales y plantas resulta en novedosas plantas transgénicas, hace aparecer al nuevo modelo, ahora denominado Agricultura Industrial o Modelo transgénico, como la solución, incluso, a los problemas del hambre en el mundo, relegando a la AE a planos secundarios en las agendas políticas. La ilusión de los Organismos Modificados Genéticamente (OMG) seguramente perdurará por muchos años, dado que detrás del modelo se encuentra tanto el enorme poderío económico transnacional, como el aparato científico del mundo contemporáneo y el mismo espíritu competitivo y acumulador de capital que dominó en los albores de la RV.
Mucho se ha discutido sobre el particular. El autor, en un reciente artículo, propone una serie de preguntas aún no contestadas sobre la inserción del modelo transgénico en la agricultura colombiana (León, 2004), entre ellas sobre si son o no necesarios para la agricultura colombiana.
Responder esta pregunta implica también plantearse cuáles son las reales necesidades de nuestra agricultura. ¿estarán ellas relacionadas, por ejemplo, con la enorme concentración de la tierra en manos de unos pocos propietarios, la ausencia de herramientas y máquinas adaptadas al trópico, la invisibilización política de campesinos, indígenas y comunidades negras, los bajos niveles de investigación y transferencia de tecnología tropical, la baja infraestructura de servicios rurales, los deficientes índices de educación rural, la erosión de suelos, la contaminación de aguas, la deforestación o la intoxicación crónica y/o aguda de consumidores y productores, la ausencia de empleo en el campo...?. Si se está de acuerdo en que éstos son algunos de los problemas relevantes de la agricultura colombiana...¿entonces, cómo ayudarán las plantas transgénicas a resolverlos, si es de conocimiento general que los OGM hacen parte de las estrategias de las compañías transnacionales cuyo principal propósito es su propio lucro? Por el contrario, la AE tiene potencialidad para responder a diversos retos del desarrollo y, por ende, a varias de las preguntas planteadas, puesto que propicia el manejo adecuado de los recursos naturales, promocional la transformación  primarios, alentando la conformación de empresas asociativas y generando empleo, aboga por el uso de la biodiversidad, eliminando los riesgos de la erosión genética, promueve la participación comunitaria y en consecuencia es enormemente incluyente y respetuosa de distintos actores políticos, promueve el rescate de conocimientos ancestrales y la investigación – participativa, elimina los riesgos de toxicidad por el uso de agrotóxicos y, en fin, aboga por la producción de alimentos sanos al alcance de toda la población.
Al final habrá que preguntarse quienes son los ingenuos. Si los productores, consumidores y académicos que le apostamos a las agriculturas alternativas, en contravía incluso de las políticas oficiales del gobierno, o quienes empujan el modelo transgénico acompañados de la política oficial, a sabiendas que se empeña la soberanía alimentaria nacional, el derecho a sembrar y el derecho a consumir alimentos sanos.
Características de la Agricultura Ecológica.
La Agricultura Ecológica (AE) se ha venido practicando en Colombia desde los años noventa, a partir de las discusiones que se suscitaron en torno al modelo de Revolución Verde.
La AE promueve una serie de principios integrales de manejo de los sistemas de cultivo que incluyen, entre otros, la concepción del suelo como una interfase viviente, defensa de la salud y de la vida en los agroecosistemas, eliminación del uso de venenos en la agricultura, promoción del uso integral de los recursos de la finca y de la diversidad biológica, reducción de insumos externos y, en consecuencia de la dependencia exterior de los mismos, promoción de la rentabilidad económica y ecológica de los sistemas de cultivo y rescate del conocimiento ancestral campesino e indígena para compatibilizarlo con los aportes realizados por la ciencia y la tecnología contemporáneas, en un esfuerzo de síntesis en el diálogo de saberes (Palacios, 2000).
Tales principios se expresan en prácticas agronómicas que constituyen alternativas reales al modelo de agricultura de revolución verde, pero cuya implementación en el país enfrenta todavía varias dificultades, habida cuenta que se trata de un proceso cultural complejo, en el que confluyen y se oponen diversos intereses económicos y sociales.
Por ejemplo, en la AE se promociona la labranza cero o la labranza reducida, que son estrategias para no arar los suelos, práctica que se considera no adecuada para las zonas tropicales en donde la radiación solar directa afecta la vida microbiana, la humedad del suelo y los contenidos de materia orgánica, entre otros factores edáficos. La utilización de maquinaria pesada con implementos como arados de vertedera, rastras y rastrillos ha sido cuestionada por sus efectos sobre la estructura de los suelos y la aparición de fenómenos degradativos (compactación y pisos de arado). En su lugar, la AE promociona la denominada “labranza invertida”, técnica basada en el manejo de las plantas adventicias (antiguamente llamadas malezas) y el uso de herramientas de mano o de tracción animal. Aquí las dificultades surgen con el manejo mismo de las coberturas y las mayores exigencias de mano de obra.
En relación con los arreglos de los cultivos, la AE propone la diversificación de los campos agrícolas como respuesta al uso exclusivo de monocultivos, típico del modelo de revolución verde. Muchas experiencias nacionales e internacionales demuestran las ventajas de los cultivos múltiples en términos del índice de Uso Eficiente de la Tierra (que compara los rendimientos de los monocultivos con los que se obtienen en los asocios) y de sus efectos en el control de plagas y enfermedades, reciclaje de elementos yconservación de suelos. No obstante, la diversificación de los campos de cultivo implica decisiones que tienen que ver con el manejo agronómico de las plantas, labores de cosecha y oportunidades de mercado que en ocasiones dificultan su adopción.
Otras técnicas para evitar que el suelo permanezca desnudo en los momentos de preparación de los terrenos como el uso de coberturas vivas o muertas y los abonos verdes, también han sido suficientemente probados en varias condiciones agroecológicas y en la actualidad se considera que pueden ser adoptadas por los agricultores, como parte de los procesos de reconversión de la agricultura convencional a la ecológica Igual sucede con el uso de abonos orgánicos, aunque allí subsisten diversos tipos de intereses y obstáculos que impiden su masificación. Son ampliamente reconocidos los efectos benéficos que producen diferentes tipos de compost, residuos de cosechas y de estiércoles (fermentados o no) y caldos trofobióticos (bokashi, caldo súper 4 y caldo microbiano de rizosfera de finca) tanto en la reactivación de la actividad biológica de los suelos, en la restitución de nutrientes y en la conservación de la materia orgánica, como en los aumentos de producción de los cultivos y en su protección contra plagas y enfermedades.
No obstante, la posibilidad de reemplazar fertilizantes químicos de síntesis por abonos orgánicos no es fácil. Se trata de sortear los intereses económicos de los fabricantes, la respuesta inmediata de los cultivos a la aplicación de productos sintéticos, la escasez relativa de desechos vegetales y animales en algunas regiones geográficas y la relativamente poca investigación científica sobre algunos de estos temas, en especial los relacionados con los caldos trofobióticos. Aún así, los abonos orgánicos utilizados como fuentes de nutrientes y mejoradores de la calidad físico-química de los suelos, han demostrado su eficiencia en varios contextos.
En relación con el manejo de plagas y enfermedades la AE reconoce que ellas se presentan como parte de los desequilibrios inducidos por el manejo que se hace de los campos de cultivo y, en particular, del recurso suelo.
Al respecto, se poseen varias aproximaciones de manejo de suelos que tienden a equilibrar su nutrición, a evitar pérdidas por erosión y a conservar todas sus funciones ecológicas. Para ello las agriculturas alternativas, además de apelar a las prácticas mencionadas anteriormente, manejan principios de alelopatía y con base en ellos definen ciclos de rotaciones de cultivos y arreglos espaciales entre plantas que son afines entre sí. Además, la AE ha iniciado el uso de extractos de plantas que se utilizan como purines o hidrolatos para prevenir y/o controlar enfermedades y plagas.
Nuevamente las principales dificultades para utilizar masivamente estas técnicas provienen de la falta de investigaciones sistematizadas sobre procesos de obtención de los biopreparados, principios activos, dosis, épocas de aplicación, estandarización de resultados y efectos ecosistémicos de los mismos. Al menos en Colombia, el aparato científico y la academia van a la saga de tales procesos de investigación, debido a la magnitud de la tradición y a las presiones productivas generadas tanto por productores convencionales como por fabricantes de agroquímicos, que tienen en estos renglones poderosos intereses económicos.
El proceso de reconversión no es fácil ni es de una sola vía. Se trata prácticamente de lograr un cambio cultural profundo que afecta a toda la población y que tiene conexiones con el ámbito internacional. Afortunadamente son muchos los países del mundo desarrollado que han incluido expresamente metas de reconversión de agricultura convencional a ecológica presionados por la opinión pública, los cambios en los patrones de producción y consumo y el mercado.
Tomás León Sicard.AGROECOLOGÍA Y AGRICULTURA ECOLÓGICA EN COLOMBIA: UN ANÁLISISAMBIENTAL. texto virtual disponible en: http://uvirtual.lasalle.edu.co/file.php/526/Lecturas_Complementarias/6C._AGROECOLOGIA_Y_AGRICULTURA_ECOLOGICA_EN_COLOMBIA.pdf

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